lunes, 5 de enero de 2009

Alto!

Qué tal amici? Os cuento: hoy he decidido hacer un alto en el camino. Una mirada hacia atrás, típico gesto que se hace cuando acaba un año y empieza otro. No son mis locuras de siempre, no voy a abrir nuevas secciones, ni voy a criticar a la sociedad que me rodea y a la que pertenezco aunque me asquee admitirlo.

Hoy es un nuevo día en España, y separado de mi familia y amigos más próximos, lo emprendo con más fuerza de lo normal. Reprendo mis memorias y mis pensamientos, con la esperanza de ser leído por alguna persona que desee involucrarse en otra vida que no sea la suya. ¡Bastantes problemas tengo ya como para pensar en las cosas de otro!, pensarás. Y no te equivocas, pero si has entrado a leer este blog, por algo será...

Nunca había pensado que escribiría un diario, y menos que lo pudiera leer tanta gente. Quizá sea mi cabeza, que tan pronto piensa una cosa, como la olvida para centrarse en las chicas que le rodean. Soy así, previsible en mis pensamientos, imprevisible en mis actos.
Por si os habéis perdido, y porque yo mismo lo necesito, me presento:
Soy Enzo Buonfiglio, y nací en Viareggio, un pueblo de la provincia Toscana. Mi madre murió al poco de nacer yo, y mi padre me abandonó en algún lugar. Me recogió una enfermera que me llevó al hospital, donde me recuperé y del que salí para irme con mi nueva familia.
Mi padre adoptivo era un rico empresario, centrado en ganar pasta, y no la de comer, y así sentirse mejor consigo mismo. Siempre he pensado que mi odio hacia la sociedad capitalista proviene del odio que le tengo a la actitud de mi padre.

Mi padre tenía una mujer cuando me adoptó, pero enseguida se separó de nosotros. Al parecer, sólo era una pantomima para que pudiera adoptarme.
Mi infancia no ha sido triste, ni mucho menos. Viví en mi burbuja de vida perfecta, hasta que a los 10 años en una discusión con mi padre, me soltó que era adoptado. Cambió mi forma de verlo. La mujer que limpiaba en casa me ayudó a conocer toda la verdad, es decir, todo lo que ella le había oído hablar sobre mí a mi padre adoptivo.
Por lo demás, todo siguió como siempre, para mis amigos yo era "el rico del barrio". Por eso en cuanto he podido, me he ido de casa para conocer nuevas realidades.
Hoy, hasta aquí. No me apetece aburriros ya el primer día de mis confesiones. Espero que paséis un buen día!
Vuestro amigo,
Enzo

No hay comentarios:

Publicar un comentario