Tiempo en suspensión

Vivimos en un mundo que ha hecho de la celeridad su única forma de avance. La gente no tiene tiempo para nada, vive sometida a un sistema que le deja poco margen (por no decir ninguno) para la reflexión, la comunicación interpersonal...
Tal vez sea la mía una visión pesimista de lo que me rodea. Pero así lo percibo, sabiendo que percepción y realidad no son lo mismo. Lo dejo a vuestro juicio.

Partiendo de esta postura, tardes como la de ayer me suponen una inyección de vida. Como os comenté, a las cuatro quedé con Noelia. Fuimos al Natura a tomar unas cervezas y hablar de nuestras cosas. Las cinco horas que pasamos juntos supusieron un paréntesis en esta vida acelerada. El tiempo pareció suspenderse. Cada matiz y cada detalle tomaba cuerpo, forma y recorrido escapando hábilmente a la autoridad del tiempo. Una autoridad que había quedado definitivamente aparcada.

Hablamos de nuestros proyectos, temores, preocupaciones, esperanzas, ilusiones... Siempre he sido un poco reservado, por lo que a medida que nos sincerábamos, más me sorprendía a mí mismo. Descubrí a una nueva Noelia. Una Noelia más cercana, más jovial, más optimista. Más ligera, como si se hubiese liberado de algo que la oprimía, que no la dejaba mostrarse como realmente era, algo que la había cambiado. Pronto sabría el motivo:

- Bueno Enzo, quería decirte una cosa. Mira que...

- Dime, dime.

- Que... que lo he dejado con mi novio.

Por un momento me quedé bloqueado. No sabía qué decir. ¿Alegrarme, lamentarme? Estaba confundido. Ella parecía aliviada.

- ¿Qué, no vas a decir nada?

- No sé Noelia, me has dejado un poco descolocado.

- ¿Descolocado? No te preocupes, estoy bien. Es una decisión meditada. No podíamos seguir así, notaba que estaba dejando de ser la Noelia de siempre. Necesito un nuevo camino. Necesito reconstruirme de nuevo. Disfrutar por y para mí. Lo necesito.

- No sé, sólo decirte que me ha gustado mucho la Noelia de esta tarde. La verdad es que sí te veo diferente.

- ¿Sí? Pues a partir de ahora vas a conocer a la verdadera Noelia.

Pagamos las cervezas y le acompañé a la parada de Amistad. Al despedirnos, mi cabeza empezó a recomponer sus esquemas. ¿Me alegro, no me alegro?

Bueno, se lo comentaré a María y Nerea a ver qué dicen. Esta noche he quedado con Pedro y Popper, mis compañeros de clase, para ir a l'IVAM a ver un concierto de jazz. Después tenemos pensado ir a dar una vuelta por el barrio del Carmen para liarla "un poquet".

Os cuento mañana, ciao amici!!!